El subrayado es una de las técnicas básicas para estudiar. Este método ayuda a una mejor comprensión y sin duda te facilitará la revisión y la retención de conocimientos.
Pasos a seguir:
Antes comenzar a subrayar un texto:
- Realiza una lectura comprensiva del texto o tema al completo.
Nunca comiences a subrayar sin antes haber leído detenidamente el texto y haber entendido y comprendido bien el mensaje.
Durante el subrayado de un texto:
- Trata de subrayar al menos en la segunda o tercera lectura del texto.
- La lectura ha de ser detenida, párrafo a párrafo.
- Busca las ideas principales, las secundarias y las palabras clave.
- Utiliza diferentes tipos de subrayado (línea continua, línea discontinua, sombreado, ondas, rodea palabras, etc.). Destaca de diferente forma en función del grado de importancia que tenga lo que subrayes. Por ejemplo: marca con linea inferior o sombreado las ideas principales y rodea con un círculo las palabras clave.
- Utiliza diferentes colores: se recomiendan dos colores, uno para ideas principales y secundarias, y otro para palabras clave.
- Agrega símbolos y palabras clave en los márgenes de un párrafo cuando consideres que alberga información relevante (flecha, admiración, asterisco, etc.) Te ayudará a tener localizadas las partes destacadas del contenido de tu asignatura.
Después del subrayado de un texto:
Para comprobar si el subrayado que has realizado es de calidad,
- Vuelve a leer el texto para comprobar si el subrayado que has realizado es de calidad, leyendo únicamente la parte subrayada. Si al leerlo tiene sentido, es que está bien hecho. Por el contrario, si te das cuenta que falta información o hay partes incomprensibles, repásalo porque eso quiere decir que debes corregir errores. Recuerda: lo que esté mal subrayado acaba estando mal estudiado.
Para tener en cuenta:
Ideas principales: Son aquellas frases que responden cuando formulamos preguntas al título, epígrafe o apartado: ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Quién?, ¿Dónde?, etc.
Ideas secundarias: Son aquellas frases que explican o aportan algo más información sobre las ideas principales. Esta información ha de considerarse importante.
Palabras clave: Son palabras introductorias de las ideas principales, es decir, la palabra más relevante de la idea. Algunos ejemplos: características, funciones, objetivos, partes de, tipos, causas, consecuencias, elementos, etc.
Técnicas de subrayado
1. Pensamiento completo
Subraya todas las palabras que den información sobre la idea principal. Evita marcar aquellas ideas innecesarias o que se apartan del concepto central.
2. Pensamiento incompleto
Marca las partes de los enunciados que contienen una idea principal o un detalle de apoyo irremplazable, tratando de resaltar solo el sector que transmite el concepto central de manera precisa.
Rehúye a la tentación de subrayar un enunciado completo para generar el efecto resumen en cada enunciado. Los sectores marcados nos indican que hay conceptos o ideas claves que debemos comprender y ser capaces de desarrollar, por lo tanto, dependerá de tu capacidad para recordar el resto del texto, aquello que no se eligió como trascendental.
3. Subrayado tipo telegrama
Concéntrate en la esencia de cada enunciado, subrayando solo una idea fundamental y el apoyo imprescindible. El método evita las redundancias o palabras que pueden ser obviadas porque no alteran los significados medulares, como un artículo o una preposición. De este modo, los términos subrayados configurarán una especie de telegrama que abrevie lo importante.
4. Señalización personalizada
Puede utilizarse como una técnica en sí misma o como complemento a los tres primeros métodos. Se distinguirán las ideas principales y los detalles de apoyo aplicando símbolos como asteriscos, líneas, doble subrayado, colores o el elemento que consideres más práctico.
Un doble subrayado podría referenciar una idea principal y un asterisco, su explicación. Lo mismo sucede con los colores, cada uno tendrá un significado especial. Recuerda aplicar siempre los mismos símbolos o colores para facilitar el proceso en todos los textos.
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¡Ánimo Doctrinianos!
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