noviembre 05 2018

Tips para estudiar mejor

Explica lo que estás estudiando a alguien.

Necesitarás un conejillo de indias para que te escuche. Puede ser alguno de tus padres, tu hermano/a o un amigo. Explícale lo que acabas de estudiar. Pero no te conformes con eso: ha de ser una explicación que despierte curiosidad en el otro.

Proporciónale a tu cerebro el tiempo que necesita para procesar la información.

La primera vez que aprendas algo nuevo, ya sea estudiándolo de un libro, o en una conferencia, debes de revisar el mismo material a las 24 horas. Así conseguirás evitar que se te olvide hasta un 80% de la información.

Si al cabo de una semana volvemos a revisar nuestros apuntes, en tan solo 5 minutos retendremos el 100% de la información.

Busca una aplicación real a lo que estás estudiando.

Estudiar bien consiste en extrapolar lo que estás estudiando a tu vida diaria, búscale una utilidad práctica. Habrá materias que te resulten más fáciles llevarlas a la realidad y otras más abstractas. Dale vueltas a tu imaginación. El mero hecho de buscarle una utilidad práctica hará que el conocimiento se fije mucho más en tu memoria.

Tiempo de estudio.

Los expertos aseguran que la mejor forma de estudiar es hacerlo de forma diaria, en una rutina continua.

¿Pero y si no tenemos el tiempo suficiente para hacerlo todos los días? Un grupo de psicólogos de San Diego realizaron un estudio concluyendo que dejar el aprendizaje para los últimos días es un error.

La idea es sacar un poco de tiempo cada día, no demasiado.

Si, por ejemplo, tenemos el examen en una semana, empieza a estudiar, como mínimo, cuando queden 5 días.

Utiliza Internet.

El mejor uso que le puedes dar a Internet es para buscar información acerca de lo que estás estudiando. Intenta que la información sea audiovisual para que tu cerebro la asimile más fácilmente. Busca vídeos en Youtube acerca de lo que te interesa aprender o directamente crea uno  …. pero ten cuidado, ¡no te distraigas!

Aprende con tus propias palabras.

Un profesor de psicología de la Universidad de Washington reveló un curioso estudio en el que se comprobaba que se aprende mucho más comprendiendo lo que se estudia, que aprendiéndose los conceptos de memoria.

Es por ello por lo que se recomienda leer la lección, cerrar el libro y recitar lo que podamos recordar, pero siempre tal y como lo hemos comprendido.

Guárdate una recompensa para cuando acabes tu tiempo de estudio.

Este truco es crucial y hará que te cueste menos empezar a estudiar y que quieras hacerlo de manera más efectiva pues sabes que después de ese tiempo vas a disfrutar con el regalo que te has reservado. Para poder estudiar bien es necesario tener una motivación.

Esta recompensa que te regalarás a ti mismo cuando acabes tu jornada de estudio puede ayudarte a dejar la pereza a un lado.

Aprendizaje de texto escrito.

A pesar de que las Tablets y los eReaders se han impuesto en el mercado, lo cierto es que no se consideran adecuados para estudiar. Según los expertos, con el iPad tardamos en leer hasta un 6,2% más la lección que en un libro impreso (con un Kindle tardamos hasta 10,7 % veces más).

Además, según un estudio realizado por un profesor de psicología de la Universidad de Leicester de Inglaterra, los estudiantes deben de leer muchas más veces la lección en un dispositivo electrónico, que en un libro.

Optimiza tu tiempo.

Olvídate de viejas pautas de aprendizaje que te enseñan a cómo exprimir tu tiempo, y piensa únicamente en lo que te hace falta.

Prioriza, determina que partes son las más importantes y ya te aseguramos que todo te irá mejor. Empieza siempre por lo más difícil.

Utilizar el sistema de Leither

Este sistema consiste en hacer tarjetas donde formularemos preguntas sobre el tema a estudiar. El estudiante tendrá que contestarlas y las que responda incorrectamente se clasificarán en un montón diferente.

De esta forma, tan solo tendrá que revisar este montón más adelante para aprender de sus errores.

Motívate antes de empezar.

Reserva 5 minutos antes de ponerte a estudiar para motivarte. Empieza a pensar en lo que vas a estudiar, en cómo vas a estructurar tu aprendizaje, concéntrate en ello, inspira y respira.

Concentrarse antes de estudiar es muy importante y estos 5 minutos antes del estudio te van a ayudar. Cierra los ojos y visualiza el 10 que vas a sacar en el examen, lo satisfecho que te vas a mostrar y los elogios que vas a recibir.

Cuidado con el sobre-aprendizaje

Investigadores de la Universidad de California de San Diego, en combinación con la Universidad de Florida del Sur, encontraron algo increíble y es que una persona que estudia demasiado, sin respetar los descansos, dificultará el aprendizaje.

Es bueno desconectar, alejar la mente del tema a estudiar, y veremos cómo los conocimientos se consolidan por si solos.

Discrimina la información importante.

Toda información se resume en una gran idea. ESA IDEA es la que te tiene que quedar claro. A raíz de esa idea viene todo lo demás, su desarrollo y profundización.

Escuchar música

Existen algunos estudios, como el que llevaron a cabo un grupo de Investigadores de la Escuela de Medicina de Stanford, que determinó que escuchar un determinado tipo de música (sobre todo clásica), ayuda a ejercitar ciertas partes del cerebro que mejoran nuestra atención.

Además, también puede mejorar nuestro estado de ánimo e, incluso, mejorar nuestros hábitos a la hora de consolidar conocimientos.

Aprovecha las horas en las que eres más productivo mentalmente.

Unos estudian mejor a la mañana, otros después de comer, otros a la noche… Lo que sí te recomiendo es que duermas las horas necesarias para que tu mente funcione mejor (esto es imprescindible).

Estar toda la noche entera estudiando no es bueno para estudiar. Una investigación de la Universidad de Notre Dame llevó a cabo un estudio en el que participaron dos grupos de estudiantes; uno de ellos estudiaba a las 9 a.m. mientras que el otro lo hacía a las 9 p.m.

Durmiendo la misma cantidad de horas, los que estudiaban por la mañana tenían rendimiento mucho mayor.

La concentración en el estudio es la clave que puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso.

Aprende a relajarte

El estrés no es nada bueno para nuestra mente. Es importante descansar un par de horas cada cierto tiempo de estudio, y realizar algo de ejercicio. Si reducimos nuestro nivel de estrés, memorizaremos mucho mejor.

No te aísles.

Por supuesto que hay gente que estudia mejor sola. Si es tu caso no me hagas caso con este consejo. Sin embargo, viene bien rodearse de gente que está en tu misma situación y que incluso está estudiando lo mismo que tú. os podéis ayudar y motivar mutuamente.

Prueba un método que realmente te funcione.

En muchas ocasiones, las técnicas de estudio ya se han quedado anticuadas y no siempre funcionan de la forma esperada; el mundo cambia, la forma de estudiar evoluciona y el estudiante tiene que elegir lo que mejor le funcione.

¡No tengas miedo a probar nuevos métodos de estudio!

Entra en estado de flujo.

En este estado, tu mente se focaliza completamente en el estudio dejando aisladas el resto de distracciones. Tu mente se vuelve ágil y todo te empieza aparecer fácil.

Es difícil entrar en este estado. El consejo número 6 te ayudará a ponerte las cosas más fáciles.

Aprende a hacer conexiones.

También existen estudios que aseguran que aprenderemos mucho más si sabemos conectar conceptos en vez de memorizar.

Si todo el temario cobra sentido para nosotros, conseguiremos unas pruebas mucho más satisfactorias y los conocimientos los podremos recordar durante mucho más tiempo.

Visualización.

Intenta convertir la información abstracta en una imagen. Si estás luchando para entender un concepto, la visualización es una buena técnica para empezar.

Controla tus pensamientos.

Puede parecer una tontería, pero existen muchos estudios (por ejemplo, de Halpern en 1996, Carr, Borkowski y Presley en el 1987, Garner en 1990), en donde se ha demostrado que aprender a controlar nuestros pensamientos ayuda a mejorar la curva del aprendizaje.

El objetivo es alejar los pensamientos negativos, así como los que son demasiado excitantes; solo conseguirán que no nos concentremos.

Formar siglas.

Es un truco mnemotécnicos. Ejemplo: si te tienes que estudiar los elemento químicos puedes formar siglas. Litio, Carbono, Nitrógeno, Oxígeno, Neón, Aluninio… C.L.O.N.A.N.

Cambio de paisaje.

Cuando se estudia, hasta el más mínimo elemento interviene en nuestro grado de concentración. Por ejemplo, un cambio de habitación puede ayudarte a retener mejor la información.

Visualizar una imagen esperpéntica.

Requiere práctica si deseas hacerlo rápidamente. La idea básica es que vincula tres o cuatro ideas juntas formando una imagen extraña que involucra a los tres o cuatro.

Si quieres memorizar una lista de la compra en la que se incluye manzanas, leche y alubias, el objetivo sería crear una imagen en la que se incluyan estos elementos. Ejemplo: una enorme manzana con ojos y patas que está ordeñando una vaca y la leche cae a un plato con alubias.

¿Ejercicio antes de estudiar?

Según un estudio realizado por el Dr Dougals B. Mckeag, de la Universidad de Indiana, hacer deporte consigue que la sangre de nuestro cerebro se extienda de una forma más fluida, por lo que seríamos capaces de aprender de una forma más rápida.

Varía las asignaturas de estudio.

Estudiar siempre lo mismo puede ser aburrido y contraproducente; por ejemplo, si estamos estudiando vocabulario, podemos variar con un poco de lectura. Si estamos estudiando matemáticas y también tenemos un examen de literatura, conviene ir variando para que el cerebro se refresque.
Con estas pautas no habrá prueba que se te resista.

Programa tu estudio como si fueras a escalar una gran montaña.

Coge una agenda y vete marcando cada día pequeños objetivos (campamentos base). Todos los días tienes que alcanzar el campamento base. Poco a poco irás viendo la cumbre.

Quítate el reloj y ponlo en frente tuyo.

Tienes que marcarte unos tiempos de estudio que pueden ser de 45 minutos cada tiempo. El reloj te ayudará a marcar dichos tiempos.

Evita los atracones de estudio la noche antes del examen.

Las sesiones de estudio nocturnas antes del examen hacen más daño que bien. Están estrechamente vinculadas a las malas calificaciones, habilidades de razonamiento más bajas y una memoria más pobre. Sólo una noche entera de estudio podría afectar negativamente al cerebro durante un máximo de cuatro días.

No realizar múltiples tareas.

Los datos son concluyentes: la multitarea nos hace menos productivos, más distraídos y más tontos  Los estudios demuestran que incluso las personas que dicen ser buenos haciendo varias cosas a la vez en realidad no son mejores que la persona promedio.

Los estudiantes eficaces se centran en una sola cosa. Así que no trates de estudiar mientras respondes whatsapps, ves la televisión o compruebas tu cuenta de Twitter.

Algunas sugerencias para mejorar tu concentración:

  • Desactiva las notificaciones en el teléfono
  • Silencia tu móvil.
  • Cierra la sesión de todos los programas de mensajería instantánea.
  • Ten ordenada tu área de estudio.

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¡Ánimo Doctrinianos!