La RAE define aprender como «Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia». Como estudiantes nuestro principal objetivo no es superar los exámenes, es de hecho aprender, formarnos como individuos pensantes, capaces de razonar e interactuar con el mundo que nos rodea, siendo a su vez válidos y útiles para el mismo. Pero todo proceso de aprendizaje está condicionado a 4 pasos, que cual camino debemos recorrer para alcanzar nuestro objetivo.
Los cuatro pasos que debemos dar son:
1 – PODER APRENDER
Para aprender, debemos encontrarnos en un estado de ánimo favorable y estable. Debemos disponer de un equilibro mental, para obtener dicho equilibrio debemos aprender a dividir nuestro tiempo entre los estudios y aquellas actividades que nos motivan o nos distraen, haciéndonos sentir bien con nosotros mismos, estas actividades pueden ser la familia, el ocio, el deporte o los hobbies. De igual modo al enfrentarnos a un reto académico debemos dejar de lado nuestros pensamientos negativos, esos pensamientos autolimitantes, que no sirven sino para machacarnos y poner piedras en el camino deben ser eliminados. Si comenzamos a estudiar con la premisa de que «no valemos», que «es demasiado tarde», o simplemente que «es demasiado para nosotros» jamás seremos mejores de lo que somos ahora.
2 – QUERER APRENDER
Para aprender realmente, debemos tener un motivo que nos haga sentarnos en esa silla durante horas y no despegar los ojos del libro. Nuestra motivación va a ser el motor para aguantar el viaje y el baremo para calibrar el precio que estamos dispuestos a pagar porque también hay que saber que no será fácil y necesitaremos hacer sacrificios.
3 – SABER APRENDER
En este paso debemos conocernos a nosotros mismo, cómo aprendemos, cuáles son nuestras técnicas, horarios o formas. Es en este momento en el que debemos pulir todo aquello que se nos dé bien, y aprender, buscar o inventar técnicas que nos ayuden en nuestras carencias.
4 – APLICAR LO APRENDIDO
Comúnmente se dice que no has aprendido algo hasta que no eres capaz de ponerlo en práctica, pues todo proceso de aprendizaje culmina cuando somos capaces de rescatar un conocimiento, competencia o habilidad cuando lo necesitamos.
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¡Ánimo Doctrinianos!
